La resiliencia de la memoria: un análisis político de “Memorias de un caracol”

Reseña crítica escrita por nuestra miembro honoraria Anna Karla Uribe Escalante, et al.1
Anna Karla Uribe Escalante
Miembro Honoraria

“Los caracoles nunca vuelven sobre su rastro. Siempre avanzan hacia delante”

Hablar de la cinta “Memorias de un caracol” desde el contexto mexicano no es casualidad ni coincidencia. México se ha posicionado como el país que más boletos ha comprado para ver esta película, un dato que, lejos de ser anecdótico, revela una sintonía profunda entre la narrativa de la cinta y ciertas pulsiones culturales del país. Esta recepción masiva podría estar relacionada con una sensibilidad colectiva abierta a las historias íntimas, profundas y simbólicas, pero también con una necesidad persistente de resignificar el papel de la familia en nuestras vidas cotidianas. 

En una sociedad donde el hogar es, al mismo tiempo, refugio y herida, núcleo afectivo y estructura opresiva, no sorprende que una historia como la de Grace y Gilbert resuene con tanta fuerza. La película, más que ofrecer respuestas, abre preguntas necesarias sobre la memoria, la infancia y las formas en que habitamos (o resistimos) nuestras historias familiares.

«Memorias de un caracol», resulta ser una historia que ahonda en las heridas que se crean cuando existe una infancia fracturada. La película nos lleva a empatizar con la experiencia de Grace y Gilbert, dos infancias marcadas por el abandono, la rigidez de las normas sociales y la violencia emocional. La cinta es una buena oportunidad para visibilizar cómo, en ciertos contextos, lo que llamamos hogar no es refugio, sino herida. A través de una narrativa cargada de símbolos, con el caracol como metáfora de la lentitud y la resistencia, se cuestionan los relatos que se conciben como “normales” sobre la niñez, la familia y el deber ser. 

Esta película te obliga a mirar con otros ojos cómo se forjan las identidades y la relevancia de diversas estructuras sociales que muchas veces asfixian más de lo que protegen. Por ende, nos invita a cuestionar las jaulas invisibles que nos impone la sociedad y a crear un futuro donde la memoria no sea un obstáculo, sino un motor para innovar y trascender las estructuras de poder, dominación y resistencia que atraviesan nuestras realidades. 

Temas como la estructura patriarcal de la familia, la desigualdad social, la burocracia opresiva, la represión educativa y religiosa, evidencian cómo las relaciones de poder influyen profundamente en la vida cotidiana de los individuos. Estas temáticas permiten observar cómo el orden político y social se reproduce incluso en los espacios más íntimos; sin embargo, frente al sistema siempre se pueden generar espacios de resistencia lentos y persistentes que se convierten en una forma de acción política desde lo cotidiano.

Es justamente en esa cotidianidad donde “Memorias de un caracol entrelaza sus preguntas centrales. A lo largo del filme, la memoria y la identidad se despliegan como hilos que tejen la existencia de los personajes desde su nacimiento. Como caracoles que vienen al mundo cargando un caparazón invisible, los individuos se encuentran inmersos en estructuras familiares y sociales que, con su doble naturaleza, moldean la percepción del entorno y del yo. 

Estas estructuras, a veces refugios de apoyo y estabilidad, se transforman con frecuencia en prisiones sutiles, cargadas de expectativas y conflictos que limitan el desarrollo, recordándonos que, en ocasiones, las cárceles más opresivas son aquellas que erigimos en nuestro propio interior, lo cual hace que exista la represión de la creatividad, la obstaculización de la autodeterminación y la perpetuación de la sumisión. De esta manera, se evidencia cómo las estructuras poco suman en encender la chispa del pensamiento crítico, por el contrario, la sofocan bajo el peso de la obediencia.

A pesar de este panorama, la película no se limita a pintar un retrato de la inmovilidad. En su esencia está una invitación a trascender las limitaciones impuestas por estas estructuras. El caracol, con su lento pero constante avance, se convierte en un emblema de resistencia y evolución, sugiriendo que, aunque el peso de la memoria y las instituciones pueda ser abrumador, existe en los personajes, y en cada uno de nosotros, la capacidad de redefinir el destino. Así, “Memorias de un caracol” nos desafía a transformar el caparazón del pasado en un instrumento de cambio, donde la identidad no sea solo un reflejo de lo que fue, sino un puente hacia lo que podría ser.

Este llamado a la transformación cobra especial fuerza cuando se analiza la estructura familiar que sostiene la narrativa. La dinámica entre Grace, Gilbert y su padre, Percy, un hombre con problemas por su condición física y emocional, expone cómo las estructuras familiares patriarcales, cuando están debilitadas, perpetúan desequilibrios de poder que moldean identidades y relaciones. Percy ejerce una autoridad emocional que somete a sus hijos a roles de cuidadores, donde la ausencia de una figura materna, deja a los niños sin un contrapeso que desafíe esa dominación. Al visibilizar estas dinámicas, la película plantea una profunda reflexión sobre las bases de la vida pública y aboga por estructuras familiares y sociales que prioricen el cuidado mutuo y la liberación de roles impuestos. 

Además, la película ofrece una crítica a la opresión en diversas estructuras sociales, como la educación, la religión, la política y el sistema en general, con un enfoque que trasciende lo individual para interpelar la vida pública. En el ámbito educativo, la opresión se manifiesta en el bullying que Grace sufre por su apariencia, un reflejo de cómo las instituciones escolares perpetúan normas excluyentes que castigan la diferencia. La religión, encarnada en los padres adoptivos de Gilbert, representa otra forma de opresión. Su fanatismo cristiano impone reglas estrictas y un discurso de culpa que busca moldear a Gilbert a su imagen, negándole autonomía. En el terreno político y sistémico, el Estado, a través de los servicios de bienestar, actúa como una maquinaria impersonal que separa a Grace de su hermano, donde se prioriza la burocracia sobre el bienestar humano. 

Frente a las diversas formas sociales e individuales de opresión, ya destacadas, este filme reivindica la agencia de la memoria como acto de preservación frente a un sistema deshumanizante. Asimismo, el caracol juega dos roles, en primer lugar, deja de ser una forma física para transformarse en un símbolo de cambio, de aprendizaje y de evolución; en segunda instancia, representa la capacidad de adaptación y resistencia frente a la adversidad.

En conclusión, “Memorias de un caracol no solo se ve, se siente. Nos habla desde lo más profundo de la herida, pero también desde la ternura de aquello que sobrevive en medio del caos. Es una película que, como pocas, nos recuerda que crecer en un entorno adverso no es una anécdota individual, sino una vivencia compartida en sociedades que aún cargan con estructuras de poder que aprisionan más de lo que cuidan.

Esta película nos obliga a mirar de frente a nuestras propias memorias: las que arrastramos, las que escondemos, las que heredamos sin querer. Ver esta película es un acto de escucha hacia todas las voces silenciadas que, como Grace y Gilbert, caminan lento pero firmes, como caracoles; voces, frecuentemente silenciadas, que tejen su autonomía en un mundo que se empeña en dictarles el guion de su vida. Es una invitación a no temerle a la vulnerabilidad, a abrir el caparazón y preguntarnos con honestidad: ¿qué memorias nos habitan y cuáles estamos dispuestos a transformar?


  1. Autores: Nava Sánchez, Helia Nayely. Uribe Escalante, Anna Karla (coords.). Cañedo Moctezuma, Adilene. Cruz Antonio, Teresa. De la Cruz Ordoñez, Miguel Armando. Díaz Cárdenas, Jimena Lucero. Enciso Raya, Ian German. Gómez Patiño, Antonio de Jesús. Ibarra Vega, Emiliano Moctezuma. Jaloma Osorio, Daniela. Landa Murga, Alessandra Paola. Magallán Ramón, Ximena Leonor. Mendoza Martínez, Scarlett Claudette. Montes de Oca Hernández, Arlette. Mosqueda de la Peña, Fabian. Ramírez García, Josúe. Solano Rangel, José Roberto. Suárez Castillo, Eder Israel. Valdivia Castañeda, Jimena. Vázquez Carrillo, Santiago (2025). La resiliencia de la memoria: Un análisis político de “Memorias de un caracol”. Trabajo inédito, Taller de Diseño de Investigación de Ciencias Políticas y Administración Pública. Estado de México: Facultad de Estudios Superiores Acatlán.  ↩︎

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