
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha planteado dentro de la agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde se pretende brindar soluciones a diversas problemáticas mundiales. Dentro de estas metas, se encuentra la igualdad de género y empoderamiento de las mujeres y niñas. Que si bien, ha tenido pequeños avances; estos últimos meses de confinamiento debido a la pandemia por COVID-19, han mermado e incluso amenazado con un retroceso los pasos hacia adelante. Según palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “El COVID-19 podría revertir los limitados avances que se han logrado en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres.”
Para acceder a un escenario donde las mujeres sean capaces de alcanzar crecimiento económico, político, cultural y social existen cuestiones domésticas que hay que resolver. Erradicar las costumbres que violentan, vulneran y amenazan a la mujer dentro de su propia casa. Es necesario corregir los ámbitos domésticos para poder seguir con la lucha y búsqueda de igualdad. Se pretende que la esfera del hogar represente un refugio y no una ardua convivencia cotidiana.
La violencia doméstica en el hogar mexicano, es un tema recurrente que no debe ser normalizado. Durante los últimos años las políticas públicas, iniciativas de ONG’s y sociedad civil en conjunto han intentado frenarla. Sin embargo, estudios del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) demostraron que desde inicios del confinamiento los niveles de violencia doméstica se han elevado radicalmente. Debido a costumbres ya arraigadas que se agudizaron con la constante convivencia, el aumento de estrés, incertidumbre económica y alimentaria, entre otros factores.
El incremento de incidentes violentos intrafamiliares o de pareja se vieron reflejados en el aumento de las llamadas de emergencia al 911. Tan solo en el mes de marzo se calculó un crecimiento del 22.3%, según datos de Iniciativa Spotlight y ONU México. De igual manera, la Red Nacional de Refugios ha reportado un alza del 60 al 80% en solicitudes de asilo, lo cual deja expuesta la realidad diaria mexicana, donde ser mujer representa estar en peligro. Tanto la UNICEF como ONU Mujeres difundieron planes de protección contra la violencia donde se plantean medidas de repuesta implementadas por el Estado, que brindan alternativas de alojamiento, mecanismos de alerta y prevención.
Tanto en México como a nivel mundial, los actos de odio contra la mujer, que ya existían antes de esta crisis sanitaria, permanecen. Según estudios del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), estos pueden ser prevenidos desde la crianza, fomentando la participación del hombre en las labores del hogar, creando una relación entre la corresponsabilidad y menores índices de violencia. Construyendo la visión del cuidado mutuo para establecer una convivencia sana y armoniosa. También se debe sanar desde la crianza de nuevas generaciones, haciendo énfasis en la creación de masculinidades sanas, así como la deconstrucción de aquellos ya desarrollados.
Tras la pandemia actual, las mujeres serán las más afectadas. Por lo tanto, su participación activa es esencial para la recuperación y reestructuración de la sociedad enfocada a las necesidades y búsqueda de equidad de género. Para ello se propone su inclusión dentro de organizaciones en los planes de respuesta al COVID-19; en la toma de decisiones y en el diseño de planes socioeconómicos. Que se enfoquen a la protección social, reducción de violencia de género, entre otros objetivos relacionados con el empoderamiento femenino.
De igual manera, se busca que los ODS sean aplicados respecto a cada territorio y sus necesidades velando por aquellos grupos minoritarios y vulnerables. Conseguir la liberación de la mujer dentro de un sistema hecho por y para el hombre, demanda una reestructuración total de éste. Para lograr la participación efectiva de las mujeres dentro de la sociedad y papeles de liderazgo, donde se le reconozca como igual, y se señale el valor de su trabajo. Erradicar las practicas que violentan y vulneran a la mujer conllevan a la liberación de ésta.
Los retos que México debe enfrentar son grandes, se requiere coordinación entre entidades federativas para atender, sancionar y prevenir de manera efectiva, la violencia contra las mujeres. Se deben fortalecer liderazgos femeninos en cargos públicos. Reducir las brechas de desigualdad en el ámbito económico, social, político y laboral. Fomentar el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos con libertad. Crear o modificar las leyes estatales y nacionales para contribuir a erradicar la violencia y discriminación, pues esto empoderará a la mujer.
La igualdad entre mujeres y hombres es necesaria para alcanzar un mayor nivel de desarrollo social.

Interesante tema de un hogar seguro donde en la mayoría es manejado por las mujeres pero en lo económico son los hombres creando una desiguldad y un estancamiento social en Mexico. De ahi la importancia que las mujeres seamos una y luchemos por nuestros derechos y libertad.
Ni una más acosada, ni una más violentada, ni una más muerta.
Gracias.
Me gustaMe gusta