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El 10 de octubre de 2023 el gobierno de la República Popular China publicó su White paper, o “Libro blanco”, titulado La Iniciativa de la Franja y la Ruta: un pilar clave para la Comunidad humana con destino compartido. Con este documento se busca difundir los logros del proyecto chino a diez años de su creación. En el presente artículo analizaré algunos de sus puntos más relevantes.
El Libro blanco (LB) de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) inicia puntualizando el significado y legado histórico del proyecto chino; se citan los viajes de Zhang Qian (dinastía Han) y Zheng He (dinastía Ming), el primero como “inaugurador” de una ruta que conectó Este con Oeste en el siglo II a.e.c., y el segundo como “impulsor” de las rutas marítimas de la seda en el siglo XV e.c.
Habría que recordar dos cuestiones; la primera, que según el historiador Peter Frankopan en su obra The Silk Roads. A New History of the World, de 2015, fue más bien Alejandro Magno a quien se le puede atribuir la inauguración de la ruta que conectó Este con Oeste después de su victoria frente al imperio aqueménida, casi 200 años antes del viaje de Zhang Qian, ya que a la postre de la llegada del rey macedonio al Hidukush (norte de India), se fijaron varias rutas y se construyó infraestructura –como algunos caminos y ciudades– que después servirían a las caravanas para sus viajes comerciales. En este tenor, Zhang Qian pudo transitar un espacio previamente habilitado para los viajes.
La segunda cuestión a recordar es que la idea de la “ruta de la seda” (Seidenstraße) fue una conceptualización de occidente para caracterizar los intercambios comerciales y culturales entre los siglos II y XVII e.c. Particularmente, la noción fue propuesta por primera vez por el geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen en un libro suyo sobre China en 1877, y como parte de la ola de nacimientos de escuelas de pensamiento geopolítico en Europa. El término en chino (que sería 丝绸之路 sichou zhilu) no existe en la historiografía china.
A pesar de lo anterior, el Libro blanco reivindica que la IFR tiene “raíces históricas” y lleva consigo el “espíritu ruta de la seda”. ¿Por qué se afirma esto? El vuelco a la historia tiene una intencionalidad geopolítica, pues con ello se busca legitimar el proyecto para poder asentarlo en espacios concretos sin mucha resistencia. La idea del “espíritu de la seda” se deriva de la noción misma de “ruta de la seda” construida por el gobierno chino, misma que evoca una hipotética experiencia histórica de armonía y cooperación entre los pueblos.
Sin duda, un concepto novel que llama la atención del Libro blanco es el del Partido Comunista Chino (PCCh) como “gran partido con perspectiva global” (胸怀天下的大党 xionghua tianxia de dadang), lo cual me parece es el punto de partida de la proyección del partido comunista como actor global. A partir del centenario del partido (2021), en China se ha discutido el papel que el partido puede desempeñar en la promoción de los intereses internacionales del país asiático. Por ello, según recuerda el profesor Zhao Suisheng en su obra de 2023, The Dragon Roars Back, a partir de 2017 el PCCh ha organizado reuniones cumbres de alto nivel como una especie de “diplomacia paralela” entre partidos políticos (gobernantes y/o de gran importancia en sus países de origen). Esta diplomacia tiene el objetivo fundamental de “rectificar” la visión que los actores políticos del mundo tienen sobre China, o “contar bien la historia de China”.
Pero, además cabría subrayar que el concepto aludido se refiere a la noción de 天下 (tianxia) y no de 世界 shijie (mundo) o 国际 guoji (internacional). Para esto habría que recordar la formación de la escuela de pensamiento chino sobre Relaciones Internacionales (RRII) en torno a este concepto, y cuyo punto de partida fue la obra del profesor y filósofo Zhao Tingyang de 2015 –traducida en 2021 al inglés–, All under Heaven. The Tianxia system for a posible world order. En esta escuela se concibe 天下 como un “orden cosmopolita” ideal y de profunda tradición confuciana, en el que se pretender formar una gran comunidad sin enajenación de algún grupo social o político en particular por medio de una gran inclusividad, fomento de la relacionalidad e integralidad.
En consecuencia, resulta lógico pensar que la idea de 天下 (tianxia) es la base medular del concepto “Comunidad humana con destino compartido”, clave en la política exterior de Xi Jinping y cuyo fundamento material es, precisamente, la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Visto desde un punto de vista marxista –cosa que también tendría lógica en tanto en el PCCh se sigue estudiando a Marx–, la IFR forma parte de aquella infraestructura a la que Marx se refiere en Una contribución a la crítica de la economía política, pues no solo involucra movilización de capitales para construcción de infraestructuras, sino puntualmente el desarrollo de las fuerzas productivas y la fijación de relaciones sociales de producción.
Empero, como la infraestructura y superestructura marxistas son procesos dialécticos, el PCCh ha impulsado toda una campaña para fortalecer el “poder discursivo internacional” (国际话语权 guoji huayu quan) para acompañar la construcción de la IFR, como base, con la socialización de la “superestructura” que supone la Comunidad humana con destino compartido, y con la que se apuesta a fundar aquel orden ideal cosmopolita. Citando al Libro Blanco en su apartado 1, numeral 3, “El objetivo ulterior de la IFR es ayudar a la construcción de la Comunidad humana con destino compartido”.
Figura 1. Orden mundial con características chinas

El Libro blanco citado insiste en caracterizar a la IFR como un “bien público”, lo cual tiene profundas implicaciones geopolíticas, mismas que ya he explicado en mi tesis doctoral La construcción de la idea de bien público global como base de la hegemonía internacional […], de 2023 (de libre acceso en TESIUNAM). Básicamente la idea de “bien público” implica la intencionalidad política china de promover la acción colectiva en los espacios en los que la IFR se asiente; intención que no se ha dejado de lado.
De igual forma, el gobierno chino ha introducido el concepto nuevo de “ruta de la seda aérea” (空中丝绸之路 kongzhong sichou zhilu), el cual se refiere a la red de conectividad aérea impulsada desde 2020 por la Administración de Aviación Civil de China, y que al 2023 ya contaba con 104 acuerdos de transporte aéreo entre el país asiático y países socios de la IFR.
Sin duda, el Libro blanco merece un análisis más profundo. Pero, el sentido geopolítico del mismo radica en actualizar la pertinencia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para la política exterior de China a diez años de su creación. Por ello se pueden leer los numerosos logros en el marco del proyecto, siendo uno de estos una intensa profundización en los intercambios comerciales. Al final del Libro blanco se lee: “La IFR es un proyecto global sistemático, transnacional y de largo plazo del siglo XXI; ha tenido éxito en dar el primer paso de un largo viaje…”. Es seguro afirmar entonces que la Iniciativa de la Franja y la Ruta llegó para quedarse.
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