
En un contexto de enfrentamientos en distintas partes del globo y del aumento de protestas de ciudadanos exigiendo un cese al fuego y el regreso a la paz, es evidente que el escenario actual apunta hacia una era de la inseguridad. Aunque, si bien existe Naciones Unidas cómo el máximo órgano promotor de la paz y seguridad internacional, la realidad es que sus mecanismos se ven limitados ante los retos del siglo XXI, por ello, es necesario hacer una retrospección y crítica hacia su funcionamiento con especial atención al caso palestino como una muestra de la era de inseguridad presente.
¿La era de la inseguridad? El caso palestino
Durante los últimos meses del año en curso, la comunidad internacional ha sido testigo del aumento de la violencia e incertidumbre en los procesos de paz y la constante violación del derecho internacional reflejado en conflictos surgidos en distintos puntos del globo. El escalamiento de actos bélicos, el incremento de infraestructura armada y hasta el alejamiento constante y evidente de los actores involucrados dentro de las instituciones promotoras de paz han contribuido al cuestionamiento ¿Es está la era de la inseguridad?
Si bien es cierto que Naciones Unidas (ONU) se creó con la intención de fungir como la principal institución para salvaguardar la paz y la seguridad internacional, el escenario actual hace un llamado crítico hacia el cumplimiento de dicho objetivo por la institución. Es decir, ¿Qué tan efectiva es la agenda de Naciones Unidas en favor de mantener la paz?
Uno de los escenarios de inseguridad actuales es el caso palestino del cual se desprenden factores coloniales y una situación de enfrentamiento entre grupos de defensa palestinos y el gobierno Israelí, que aunque tiene sus orígenes desde 1947 con el establecimiento del Estado de Israel sobre territorio palestino a través de la interpretación de la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947 de la ONU donde se recomienda la división del territorio para la creación de un Estado judío y otro árabe con una capital internacional, Jerusalén (Tilley, 2007); continúa presente hasta hoy y representa la necesidad de un cambio en las instituciones de paz y seguridad.
Por ello es necesario revisitar el camino de Palestina dentro del máximo órgano promotor de la paz: Naciones Unidas, en su intención de ser partícipe de la institución, obtener una situación de igualdad y poder agilizar la conversación hacia una situación de paz permanente entre Palestina e Israel. Así, de entre los múltiples grupos de resistencia palestinos, conformados por partidos políticos y otros integrados como organizaciones y/o brigadas, han buscado por décadas la integración de Palestina en Naciones Unidas.
Ante la interrogante ¿Por qué su adhesión a la ONU forma parte de sus agendas? La respuesta se orienta en reconocer el papel que todavía posee Naciones Unidas, aunque con matices, en la discusión de problemáticas internacionales. Así pues, el estatus de Palestina ha sido el mismo desde el 2019, un Estado observador no-miembro, esto significa que puede estar presente en sesiones de Asambleas Generales, y que puede participar en la discusión de ciertos temas, sin embargo, no tiene derecho a votar en las resoluciones.
Lo anterior representa una grave amenaza ante la autonomía palestina ¿En qué sentido un actor que participa en una problemática puede tener voz y no voto? Este argumento forma parte de una de las críticas que académicos y académicas han elaborado respecto al funcionamiento de Naciones Unidas: no facilita la toma de decisiones equitativas y en favor de la paz.
El caso palestino es un escenario que representa la era de inseguridad en donde los fundamentos y mecanismos de la paz originados en el siglo XX, hoy ya no parecen ser capaces de guiar hacia la solución de los conflictos presentes. Es decir, existe una incertidumbre que va más allá de la comunidad internacional observante hasta los actores partícipes en las instituciones promotoras de la paz ante limitaciones entre sus propios procesos resolutivos.
Palestina es competencia colectiva
Hablar del impacto que el caso palestino tiene sobre las sociedades, aunque pareciera un caso aislado por la lejanía geográfica, es verdaderamente primordial. Los asuntos de paz deben ser entendidos como una competencia en colectivo y no una competencia individual.
Muestra de ello han sido las manifestaciones de la comunidad internacional en favor de encontrar una paz duradera entre Palestina e Israel. Sociedad civil organizada que marcha en búsqueda de un cese al fuego, de un alto al armamento de los ejércitos y, sobre todo, con la intención de hacer una retrospección sobre formas de regresar a una era de seguridad basada en la paz.
Hoy en día, miles de estudiantes de universidades de todo el mundo realicen protestas pacíficas en rechazo a la violencia y a los crímenes de guerra que se han ejercido en nombre de la paz. Esto representa un activismo organizado que evidencia la necesidad de escuchar a todas las partes, de una reforma al sistema de Naciones Unidas, de la admisión de Palestina en dicho órgano, de asegurar un alto al fuego entre ambas partes y caminar hacia mecanismos de una paz duradera.
Al respecto, Palestina envío una primera carta de admisión a Naciones Unidas en el 2011 y no fue sino hasta un año después que fue reconocida bajo el estatus de Estado observador lo que impedía votar en proyectos de resolución (Naciones Unidas, 2012). Es decir, han pasado trece años en donde la relación entre Palestina e Israel no ha encontrado mejorías en favor de una paz como resultado, además de otros factores internos, de la gestión de Naciones Unidas en denegar el estatus de igualdad entre las partes.
El 2 de abril del 2024, Palestina envió una nueva solicitud de admisión al secretario general, António Guterres, para entablar conversaciones más paritarias y en la planeación de detener la violencia vivida en Franja de Gaza durante los últimos siete meses, y cuyo desenlace en el Consejo de Seguridad de la ONU fue el veto de Estados Unidos (ONU, 2024). En un contexto de más de 200 días de enfrentamiento entre el ejército israelí y el pueblo palestino, de un fallo de la Corte Internacional de Justicia del 26 de enero del 2024 con la resolución hacia el gobierno israelí de evitar cualquier actividad que violará la Convención de Ginebra sobre la Prevención y Sanción del Crimen de Genocidio (Amnistía Internacional, 2024), aunado a un ambiente internacional de protestas pacíficas y otras que involucran la inmolación de manifestantes, un actor dentro de los mecanismos de Naciones Unidas vetó la resolución de entrada de Palestina. ¿Es posible caminar en favor de la paz y encontrar una solución entre las partes sin antes comenzar en una situación de igualdad de voz y voto?
El veto de Naciones Unidas
En un escenario de inseguridad, ante la sensación de unas manos atadas y la frustración de la comunidad internacional ante la violación de tratados internacionales por ciertos actores es menester reflexionar sobre una reforma a las instituciones y mecanismos de paz actuales. Dichas reformas deben partir desde el reconocimiento de una limitación existente fruto de la exacerbación de sentimientos como la otredad donde los espacios compartidos comienzan a percibirse como arenas de defensa de intereses individuales.
Se ha escrito bastante sobre la importancia de reformar Naciones Unidas lo que implica un cuestionamiento general en su operatividad, y quizá el mayor cambio es el sistema de jerarquías de poder existente donde a raíz de la decisión de veto de un actor es posible ignorar, retrasar, evitar o actuar en sentido contrario a una solución en favor de una paz segura, rápida, accesible y permanente (Rahman, S. U., Bukhari, S. N., & Zaman, N., 2023). Lo anterior quedó demostrado en el caso palestino cuando en el Consejo de Seguridad se vetó su admisión y se eliminó la propuesta de solución al cese al fuego. Aunque se habla de la necesidad de abolir el poder del veto, es necesario partir desde una evaluación de los avances y retrocesos de este en favor de una paz resolutiva para todos.
Conclusión
¿Cómo se puede abordar una crisis de inseguridad? El primer paso es el reconocimiento de un problema existente: la limitación de las instituciones y mecanismos de paz existentes que ya no son capaces de responder a las situaciones emergentes del siglo XXI. La crisis de seguridad en Palestina son un fenómeno multifactorial que tiene efectos globales y por ello, es menester pensar desde la colectividad y no desde la individualidad, lo que sucede en una parte del mundo debe ser prioridad de todos y todas.
El asunto de inseguridad puede ser un motivador para la comunidad internacional de prestar atención al problema existente y comenzar la discusión, buscar incidir en los sistemas políticos nacionales para emerger en soluciones internacionales que puedan ser exportadas en órganos como Naciones Unidas, reforzar el activismo colectivo en favor de la paz y seguridad internacional, y en este caso, en favor de los derechos humanos del pueblo palestino.
Sin embargo, el esfuerzo colectivo en favor de la paz también debe emerger desde el interior de las instituciones promotoras de la paz bajo el objetivo de adaptarse a los nuevos retos y, por ende, ser capaces de abordar los escenarios de inseguridad con mecanismos eficaces y bajo miradas decoloniales que resulten en soluciones más prácticas, accesibles y permanentes.
Referencias
Amnistía Internacional. (2024, 29 enero). Israel debe acatar la orden de la CIJ de hacer cuanto esté en su mano para evitar el genocidio palestino en Gaza. https://www.amnesty.org/es/latest/news/2024/01/israel-must-comply-with-key-icj-ruling-ordering-it-do-all-in-its-power-to-prevent-genocide-against-palestinians-in-gaza/
Asamblea General acepta a Palestina como Estado observador no miembro de la ONU. (2012, 29 noviembre). Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2012/11/1258601
Estados Unidos veta la admisión de Palestina como miembro de la ONU. (2024, 25 abril). Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2024/04/1529116
Rahman, S. U., Bukhari, S. N., & Zaman, N. (2023). ABOLISHING VETO POWER IN THE UNITED NATIONS SECURITY COUNCIL; FOR BETTER OR WORSE? Pakistan Journal of International Affairs, 6(4).
Rahman, S. U., Bukhari, S. N., & Zaman, N. (2023). ABOLISHING VETO POWER IN THE UNITED NATIONS SECURITY COUNCIL; FOR BETTER OR WORSE? Pakistan Journal of International Affairs, 6(4).
Tilley, V. (2007). Palestina-Israel un país, un estado: una solución audaz para la paz. Akal
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