A cinco décadas del inicio del establecimiento de las relaciones entre China y México

México, en el top cinco de inversión para la industria China
Artículo escrito por Lesly A. Olivares Quintana

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El 14 de febrero de 1972 iniciaron las relaciones diplomáticas entre México y la República Popular China como los Estados que conocemos actualmente; aunque, el contacto entre ambas naciones se remonta siglos atrás. En un primer momento, se destaca la ruta transatlántica conocida como el Galeón de Manila o la Nao de China, la cual conectó al puerto de Acapulco y al puerto de Manila durante 250 años y como consecuencia se generó un intercambio no sólo de mercancías, sino también de ideas y personas.

Posteriormente, de acuerdo con lo descrito por Eugenio Anguiano, durante el periodo de gobierno de Porfirio Díaz, se logró establecer un tratado de comercio, amistad y navegación con el imperio chino en 1899, lo que permitió que en 1903 se estableciera una delegación mexicana en aquel territorio. Sin embargo, con el surgimiento de la República Popular China y la República Democrática China (Taiwán) derivado de la lucha entre comunistas y nacionalistas, el gobierno de Miguel Alemán decidió mantener relaciones diplomáticas con Taiwán; una decisión que seguía la tendencia internacional de reconocer al régimen nacionalista chino.

Más adelante, existió un acercamiento entre Estados Unidos y la República Popular China, lo que permitió que en 1972 el presidente Richard Nixon se reuniera con Mao Zedong en China; dicha reunión había sido impulsada por las fricciones generadas entre la República Popular China y la Unión Soviética, así como el conflicto militar entre Vietnam y Estados Unidos. Además, la política exterior de China buscaba impulsar y acrecentar las relaciones diplomáticas, al igual que alejarse del factor ideológico que hasta ese momento había sido clave para relacionarse con otras naciones.

Debido al cambio que se había generado en el mundo con relación a China y la proyección internacional que estaba buscando su gobierno, comenzó un debate vinculado al lugar que debía ocupar la República Popular China en los organismos internacionales. De tal forma, se propuso en 1971 en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que la República Popular China formara parte de este organismo y tomara su lugar en el Consejo de Seguridad, con lo que se dejaría de reconocer a la República Democrática de China como representante de la única China.

Ante la propuesta de que el régimen comunista chino remplazara al nacionalista, la delegación mexicana votó a favor, a pesar de que el gobierno estadounidense ejerció presión al gobierno de Luis Echeverría para que se votara en contra, ya que Estados Unidos estaba buscando que se reconocieran a ambos gobiernos. De tal forma, se generó un ambiente amistoso entre el gobierno mexicano y el de la República Popular China, con lo que se iniciaron las relaciones diplomáticas el 14 de febrero de 1972.

El establecimiento de las relaciones diplomáticas permitió que se impulsara el contacto entre México y China, así como el intercambio comercial entre ambos, el cual ha ido evolucionando con el paso de los años. De esta manera, en 2002 se anunció que la relación sino-mexicana tendría un carácter de asociación estratégica y, para el 2013, se elevaron las relaciones diplomáticas a una Asociación Estratégica Integral con la finalidad de impulsar el diálogo económico bilateral, incrementar las exportaciones y fomentar las inversiones.   

En la actualidad, las relaciones diplomáticas sino-mexicanas han seguido su curso, con lo que se ha impulsado el intercambio cultural para lograr un mayor entendimiento entre ambas naciones. Además, en el 2021 se realizó un evento en el que participaron el gobierno de Coahuila, el gobierno federal, así como la Embajada de China en México, para reconocer la matanza de 303 chinos perpetrada por revolucionarios en 1911 en Torreón, Coahuila.

Por parte de las relaciones económicas, el comercio bilateral registró un total de 81 millones de dólares en el 2020, pero con un déficit comercial que asciende a la cantidad de 65 millones de dólares; es decir, China exporta 10 veces más el valor de productos de lo que hace México. Aunque en este mismo año se logró un máximo histórico de las exportaciones mexicanas a China – casi 8 millones de dólares -, los productos que arribaron al gigante asiático fueron en su mayoría productos agropecuarios como carne de cerdo, plátano, aguacate, limón, entre otros.

Por otro lado, en la IX Cumbre de Lideres de América del Norte, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador mencionó que era importante reconocer que el poderío económico de China ha incrementado en los últimos 30 años y seguirá aumentando, por lo que, era fundamental fortalecer las relaciones entre los países de América del Norte para enfrentar al gigante asiático; esta declaración causo que el vocero de la Embajada de China en México diera un comunicado en el que se declaraba que China no era un rival económico para la región.

De tal forma, en el marco de la celebración del 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y China, el gobierno mexicano ha priorizado las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, no se puede negar la importancia que representa para México el comercio con el gigante asiático; a pesar de no contar con un Tratado de Libre Comercio, China es el segundo socio comercial de México en el mundo y su segundo mercado de exportación.

Consideraciones sobre las relaciones sino-mexicanas para los próximos años.

Es verdad que se ha hablado innumerables veces sobre la importancia de que México diversifique sus relaciones comerciales, ya que durante el gobierno de Trump se vislumbraron nuevamente las dificultades que representa el depender en su mayoría de un solo socio comercial, como es el caso de Estados Unidos. De esta manera, se podría buscar fortalecer las relaciones con China e impulsar la cooperación económica en sectores que el gobierno mexicano identifique como prioritarios, así como dar seguimiento puntual de los proyectos que se lleguen a negociar.

La consideración antes mencionada no busca impulsar que el gobierno mexicano enfoque todos sus esfuerzos en la relación bilateral con China, ya que desafortunadamente se ha mostrado una tendencia al sobreendeudamiento con el gigante asiático debido a las facilidades que ofrece con relación a la inversión extranjera y préstamos. De tal forma, México puede buscar fortalecer sus relaciones con China en un esfuerzo general de diversificar sus relaciones con todo el mundo.

Además, la importancia de China no solo se refleja en la relación bilateral que se ha generado con México, sino que el gigante asiático se ha convertido en un pilar económico, tecnológico y, por ende, político en el sistema internacional. Además, es importante considerar que debido a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la presencia china en todo el mundo ha tomado una gran relevancia. De tal forma, es fundamental que México tenga conocimiento sobre los cambios que se están generando debido al papel de China en el mundo.

Por último, las relaciones bilaterales sino-mexicanas se encuentran inmersas en los procesos que se desarrollen en el sistema internacional. Es así como el discurso en contra de China por parte del gobierno estadounidense y algunos gobiernos europeos, podrían impactar en la relación entre ambos países. Por lo tanto, a pesar de que se están celebrando cinco décadas de las relaciones entre México y China, aún nos encontramos en una fase de construcción y evolución de éstas.

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