La Cumbre de las Américas, la visita de López Obrador a Centroamérica y la relación bilateral entre México y Cuba

Columna escrita por César Efrén Rodríguez Miguel

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Desde hace cien años la política de respaldo a Cuba por parte de México siempre ha sido de respeto y apoyo. En tiempos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se consolidó la frase “al defender a Cuba se defiende también a México y sus principios”; esta ha sido la guía para defender la soberanía de los pueblos.

César Efrén Rodríguez Miguel

cesarefren.regap@gmail.com

Dirección de Media Lab de la REGAP

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Semanas atrás, López Obrador mantuvo una conversación con su homólogo estadounidense, Joe Biden. El objetivo de Obrador era garantizar una cumbre libre de exclusiones con una participación activa por parte de todos los miembros invitados; no obstante, Washington no tiene contemplado que Venezuela, Cuba y Nicaragua se presenten. Lo anterior debido a las diferencias políticas e ideológicas que mantiene EE. UU. con esos tres países.

La política de respaldo y soberanía de las naciones siempre ha sido indispensable para una buena vecindad por parte de México. Sobre esa línea, Obrador afirma que la mejor política externa es la política interna para llevar una próspera relación con los demás países. Debido a esto, el canciller mexicano, Marcelo Ebrad, juega un papel muy importante puesto que representa los intereses de México y Centroamérica ante Washington. El tema que más resalta, y al que ambos Estados tienen como objetivo sentar bases lo antes posible, es el de la migración centroamericana que pasa por México con dirección a los Estados Unidos.

El escenario de tensión causado por el tráfico de migrantes en la frontera de México con Estados Unidos, particularmente en Texas, ha ralentizado el comercio entre ambos países. Las consecuencias de esto han sido particularmente graves para México. Sin embargo, la Cumbre de las Américas apunta que tendrá más un tinte de seguridad y política energética que de cooperación, ayuda mútua y soberanía de las naciones.  

El canciller mexicano, en la visita a EE.UU. antes de la Cumbre, dejó en claro que la generación de oportunidades inmediatas de trabajo en Centroamérica es de vital importancia para poder controlar el flujo migratorio que ha alcanzado cifras récord en el año 2021. Ebrard enfatizó que la cooperación entre naciones siempre rendirá más frutos que las barreras.

El trabajo en conjunto con otros países en la región del sur de México es clave para una buena vecindad que incide en la relación con Estados Unidos. López Obrador lo sabe, y es por eso que a la mitad de su cuarto año de mandato, decidió salir del país para reunirse con sus homólogos de frente y poder atender temas de la agenda del triángulo centroamericano. Los principales temas a tocar fueron los apoyos sociales que el mandatario mexicano ha brindado a Centroamérica. Entre ellos el programa de “Sembrando vida” que se espera pueda permear en áreas de educación, seguridad y migración. 

Debido a lo anterior, es indispensable que López Obrador revise el avance de la colaboración para el desarrollo de Centroamérica y el Sur de México. Lo anterior buscaría atender las raíces más profundas de la migración con aras de que, en el futuro, la región pueda brindar medios de vida seguros y sostenibles para los habitantes de la zona.

Sin embargo, no todo es tan sencillo como volar en avión comercial de Ciudad de México hacia el sureste del país. Algunos de los retos más importantes que enfrenta López Obrador están en su emblemático proyecto: el Tren Maya. En éste existen diferencias limítrofes con Guatemala, por lo que habrá que rehacer la ruta y absorber los gastos; además, existe el enfrentamiento con comunidades locales por la deforestación causada en la zona. Por otra parte, no existe una postura clara de Obrador sobre la estrategia radical de Nayib Bukele en El Salvador ante el avance de la delincuencia.

Los entrañables lazos de amistad, historia y cultura que unen a México y a Cuba representan mucho más que los bloqueos económicos y comerciales que actualmente tiene la isla. Para México, más que para López Obrador, la visita a la isla es un deber ser, no sólo por solidaridad a las restricciones que actualmente el país caribeño enfrenta, sino por la unión y fraternidad que la mayoría de los presidentes mexicanos han hecho hincapié en enaltecer.

En 2023, la relación bilateral de Cuba con México cumple un siglo; a pesar de que el Estado caribeño no sea partícipe de la novena Cumbre de las Américas, la historia respalda la solidaridad de México con La Habana. Por ejemplo, en 1962, México fue el único país que votó en contra de la expulsión de Cuba de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en la Cumbre de Punta del Este. Para la isla, una posición firme de un país como México afecta cómo es percibida en el sistema internacional.

Finalmente, la visita de la Delegación mexicana previa a la Cumbre de las Américas 2022 es una forma de ampliar las relaciones diplomáticas, afianzar la influencia de México en en Centroamérica y, al mismo tiempo, abrir el diálogo para con los demás países. El objetivo es impulsar el desarrollo económico, la cooperación e integración en América Latina.

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